¿Cómo es justo que los pacientes más necesitados no puedan beneficiarse nunca de nuevos medicamentos que quizá nunca se fabriquen? Lea la respuesta de la AARDA a un reciente editorial del New York Times en el que se afirma que, como contrapartida razonable a la reducción de los pagos a las compañías farmacéuticas, entre 8 y 15 medicamentos podrían no llegar al mercado.. Para demasiadas personas con dolencias crónicas y debilitantes, enfermedades graves y discapacidades, estos nuevos medicamentos podrían suponer el cambio de vida que necesitan para llevar una vida plena y sana.

¿Cómo es justo que los pacientes más necesitados no puedan beneficiarse nunca de nuevos medicamentos que quizá nunca se fabriquen? Esta es una solución amarga e injusta para millones de personas que viven con enfermedades autoinmunes y otras afecciones que aún no se han beneficiado de un medicamento desarrollado y exponencialmente eficaz para ellos.

La Autoimmune Association está consternada por un reciente editorial del New York Times, “The American Way of Paying for Drugs Isn’t Working”, en el que se afirma que, como contrapartida razonable a la reducción de los pagos a las compañías farmacéuticas, entre ocho y quince medicamentos podrían no salir al mercado. Para demasiadas personas con dolencias crónicas y debilitantes, enfermedades graves y discapacidades, estos nuevos medicamentos podrían suponer el cambio de vida que necesitan para llevar una vida plena y saludable.

Aunque la CBO calcula que unos 300 medicamentos seguirían llegando al mercado con este nuevo modelo, existe el riesgo de que su medicamento innovador sea uno de los que se aplaza y recaiga de forma desproporcionada en las personas con afecciones raras y, a menudo, múltiples. Cada día, estos estadounidenses luchan contra los efectos devastadores de sus enfermedades, con la esperanza de que la innovación farmacéutica les proporcione un milagro.

Las personas que padecen enfermedades autoinmunitarias, como la mayoría de los estadounidenses, están alarmadas por el aumento de los costes en todo el sector sanitario, y ellas, más que la mayoría, se enfrentan a crecientes barreras derivadas de terapias escalonadas injustificadas, gestión de la utilización y acuerdos contractuales que no dan prioridad a los pacientes. Tienen un enorme interés en que continúe la innovación farmacéutica -no en obstaculizarla- para garantizar la mejora de la salud y el bienestar. Estos estadounidenses, cuyo futuro puede depender de la cura o el tratamiento inherente a uno de esos ocho a quince medicamentos que corren el riesgo de quedar marginados, sin descubrir y sin realizar, no deberían ver su salud, sus vidas mermadas o intercambiadas como daños colaterales en la resolución del sistema sanitario de Estados Unidos. Juntos podemos hacerlo mejor.

Randall Rutta

Presidente y Consejero Delegado

AARDA